martes, 26 de mayo de 2009

Carta a mi mismo en el 2030

Hola, espero que estés bien, espero que sigas siendo libre. Yo ahora lo soy, tengo muchas ideas, muchos planes, algunas cosas salen bien y otras mal, pero me la banco, meto los pies en el barro... de vez en cuando me dan ganas de sentarme a llorar porque la vida está loca pero se me pasa, me acuerdo de que no hay otra forma de pasarla mejor que ir al frente y lo hago.... Quiero que recuerdes eso.. y que lo importante es la gente, no las cosas materiales, importa más lo que sos que lo que tenés, y lo que tenés lo tenés por lo que sos, porque es lo que te merecés. Así que si sos un agrandado porque ganaste premios o tenés plata, o te cogiste a muchas mujeres, bajate de ahí y acordate cuando lo tuviste que llamar a tu hermano para pedirle ir a vivir con él porque no llegabas a pagar el alquiler. Ahora por otra parte... si estás solo y descontento por la vida que llevás y te sentís un fracaso, entonces acordate cuando cambiaste tu vida, cuando saliste a pelear con tus ideas, cuando armaste algo grade vos solo y de la nada, o mejor dicho desde vos, acordate de cuando te ibas a bares a bocetar, acordate de que fuiste al frente y ganaste, acordate de que te caiste y te volviste a levantar y ganaste, eso es todo. Ah.. una cosa más me digo a mi mismo en el 2030: tranquilo...todo va salir bien.

domingo, 3 de mayo de 2009

Silencio

¿Qué haríamos sin él? enloqueseríamos.
Callarse. Es tan necesario.. Cómo vamos a escucharnos si nadie se calla, no estamos escuchando lo que nos está diciendo el de al lado, y el de al lado no puede escuchar al de al lado. Y después hay guerra en medio oriente. Que nos oriente el silencio. El silencio sabe cosas, y las dice cuando nos detenemos a escucharlo, cuando cedemos, cuando detenemos nuestras lenguas gratuitas y desmedidas y callamos finalmente. El silencio contesta preguntas del estilo: ¿Cómo llegué aqui? ¿Por qué estoy gritando? ¿por qué estás gritándome? ¿Por qué estamos gritándonos? Entonces silencio. Para entender que somos una manga de imbésiles que hablamos, hablamos, nos enojamos, nos amigamos, nos casamos, nos separamos, pero pocas veces hacemos silencio. Para escuchar lo que pensamos, para darnos cuenta de que alguien nos gusta. Para darnos cuenta de que alguien no nos gusta. Para saber si estamos disfrutando o sufriendo, para recibir información de nuestro cerebro, o del corazón, o ganas de hacer caca desde el colon. Que no haya que esperar a que se muera alguien para callarse un minuto entero. No hay música sin silencio, no hay ruido sin silencio, porque si el ruido es constante ya no se escucha. Silenciadores en el pico de las cotorras que charlan en los pasillos y se pasan chismes, o a las señoritas esas que están en la tele haciendo un programa de tv sobre fútbol. Por favor silencio señoritas. Silencio al señor apurado que toca bocinas de más, todos los días, a los que tocan en el peaje. Silencio señores. A los niños cuando pegan ese gritito agudo que te perfora el tímpano pidiendo atención, silencio niños. A los perros que le ladran al hombre invisible, silencio hombre invisible.
Dejemos caer fichas, aceptemos que hay veces que no hay nada que decir, o nada que hacer, o no sabemos que decir ni que hacer, y seamos libres en el silencio. yo creo que hay felicidad ahí, en callarse y observar, para volver a escucharnos. y ahora: silencio.